En la página web: http://todoestarelacionado.wordpress.com/2011/10/20/excitotoxinas-glutamato-el-sabor-que-mata-sub-es/ podéis ver un vídeo relacionado con los efectos que ocasionan las excitotóxinas (potenciadores del sabor), en nuestro organismo y la relación que tienen principalmente en las enfermedades del cerebro.
Datos obtenidos en Wikipedia
Excitotoxicidad:
es el proceso patológico por el cual las neuronas son
dañadas y destruidas por las sobreactivaciones de receptoresdel neurotransmisor excitatorio glutamato, como el receptor
NMDA y el receptor AMPA. Las excitotoxinas
como el NMDA y el ácido kaínico que se unen a estos receptores,
así como altos niveles patológicos de glutamato, pueden provocar la
excitotoxicidad al permitir que niveles elevados de iones de calcio entren
en la célula. La entrada de Ca++ en las células activa
una serie de enzimas,
incluyendo las fosfolipasas, las endonucleasas, y proteasas tales
como la calpaína. Estas enzimas continúan dañando estructuras celulares
como las que componen el citoesqueleto,
la membrana y el ADN.
La Excitotoxicidad podría hallarse entre las causas de
la apoplejía,
del daño cerebral traumático y de enfermedades neurodegenerativas del sistema nervioso central (SNC) tales
como la Esclerosis múltiple, la Enfermedad de Alzheimer, la Esclerosis Lateral Amiotrófica(ALS),
la Fibromialgia, la Enfermedad de Parkinson y la Enfermedad de Huntington. Otras
causas comunes que provocan un exceso de concentraciones de glutamato alrededor
de las neuronas son la hipoglicemia y el estado epiléptico.
Glutamato |
Historia
Los efectos negativos del glutamato fueron observados por
primera vez en 1954 por T. Hayashi, un científico japonés que observó que la
aplicación directa de glutamato al SNC provocaba una
actividad ralentizada, aunque este informe pasó inadvertido durante varios
años. La toxicidad del glutamato fue más tarde observada por D. R. Lucas y J.
P. Newhouse en 1957, cuando, al alimentar con glutamato monosódico a crías de ratones
recién nacidos, se destruyeron las neuronas de las capas internas de la retina. Más
tarde, en 1969, John Olney descubrió que el fenómeno no quedaba limitado a la
retina, sino que se producía en todo el cerebro, y acuñó
el término excitotoxicidad. También apreció que la muerte celular estaba
limitada a las neuronas postsinápticas, que los agonistas del
glutamato eran tan neurotóxicos como lo era su eficiencia para activar los
receptores de glutamato y que los antagonistas del glutamato podían frenar la
neurotoxicidad.
A partir de ahí, treinta años de investigación científica
han expuesto que el glutamato monosódico de la dieta no presenta riesgo para el
cerebro. La mala reputación del glutamato de que incrementa en el cerebro
después de su ingesta aparece como infundada en los resultados de laboratorio;
en esos estudios iniciales, bien se inyectaba el glutamato directamente en
sangre o vía oral en cantidades masivas antes de que madurara la barrera hematoencefálica (solo ocurre
en ratones recién nacidos, no en ratas y por su puesto no en humanos). Por eso
la Federation of American Societies for Experimental Biology (FASEB),
la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Científica de la Unión
Europea aprobaron el uso del glutamato como ingrediente alimentario y lo
calificaron apto para el consumo humano. Sin embargo dichos resultados
requieren verificarse por laboratorios independientes con carácter civil, ya
que los mencionados estudios, se realizaron por organismos que tienen relación
directa con la industria alimenticia, principal beneficiada en caso de obtener
este tipo de resultados.
El glutamato es un amino ácido que sintetiza nuestro
organismo y forma parte de numerosas proteínas (10-20%). No solo es
imposible ingerir una dieta sin glutamato, sino que la falta de glutamato en la
dieta podría vulnerar la integridad del intestino. Debido a la importancia que
tiene en el mantenimiento de la salud de la mucosa del estómago e
intestino, nuestro organismo ha desarrollado un mecanismo específico para
identificar el glutamato. Existen receptores en la lengua que se activan con el
glutamato dando el gusto sabroso conocido como umami. También
es un componente importante de la leche materna. Los aspectos nocivos del
glutamato se circunscriben al particular microambiente del cerebro, lesiones,
contusiones cerebrales, donde glutamato funciona como neurotransmisor.
Fisiopatología:
La excitoxicidad puede ser causada por sustancias
producidas por el cuerpo (excitotoxinas endógenas). El glutamato es un perfecto
ejemplo de una excitotoxina en el cerebro y, paradójicamente, es también el más
importante neurotransmisor excitativo en el SNC de los mamíferos. En
condiciones normales, la concentración de
glutamato puede incrementarse hasta 1 mmol en la hendidura sináptica, la cual
disminuye rápidamente en un lapso de milisegundos. Cuando la concentración de
glutamato alrededor de la hendidura sináptica no se puede disminuir o llega a
niveles mayores, la neurona se suicida mediante un proceso denominado apoptosis.Este
fenómeno patológico puede suceder también tras un daño cerebral. El Traumatismo
cerebral o la apoplejía puede producir isquemia, reduciendo
el flujo de sangre a
niveles inadecuados. A la Isquemia le sigue una acumulación de glutamato y
de aspartato en
el fluido extracelular, causando muerte celular, que se agrava por falta
de oxígeno y
de glucosa.
La cascada bioquímica que resulta de la isquemia y que implica excitotoxicidad
se denomina cascada isquémica. Debido a las reacciones resultantes de la
isquemia y de la activación del receptor de glutamato, se puede inducir un
coma químico profundo en pacientes con daño cerebral para reducir la tasa
metabólica cerebral (su necesidad de oxígeno y glucosa) y ahorrar energía para
utilizarla en la eliminación del glutamato de forma activa. (Debe tenerse en
cuenta que el principal objetivo en los comas inducidos es reducir la presión intracraneal, no el metabolismo cerebral).
Una de las consecuencias dañinas del exceso de calcio en el
citosol es la apertura del poro de transición de permeabilidad mitocondrial, un
poro en las membranas de las mitocondrias que
se abre cuando los orgánulos absorben demasiado calcio. La apertura del
poro provoca que la mitocondria se hinche y libere proteínas que pueden llevar
a una apoptosis. El poro puede provocar también que la mitocondría libere más
calcio. Además, la producción de trifosfato de adenosina (ATP) puede detenerse
y la ATP sintasa puede, de hecho, comenzar a hidrolizar ATP
en vez de producirlo.
Una producción insuficiente de trifosfato de adenosina
resultante de un trauma cerebral puede eliminar gradientes electroquímicos de
ciertos iones. Los transportadores de glutamato requieren el mantenimiento de
estos gradientes iónicos para eliminar el glutamato del espacio extracelular.
La pérdida de gradientes iónicos resulta, no sólo en la interrupción del
consumo de glutamato, sino también en la inversión de los transportadores,
provocándoles la liberación de glutamato y aspartato en el espacio
extracelular. Esto conlleva una acumulación de glutamato y la consiguiente
activación dañina de los receptores del glutamato.
A nivel molecular, el flujo de calcio no es el único
responsable de la apoptosis inducida por la excitotoxicidad.
Recientemente se ha observado que la activación del receptor
extrasináptico NMDA, desencadenada por la exposición al glutamato o por
condiciones hipóxicas/isquémicas, activaba el aislamiento de la CREB
(AMPc: proteína fijadora de elementos de respuesta), que, a su
vez, provocaba una pérdida del potencial de la membrana mitocondrial y
apoptosis. Por otra parte, la activación de los receptores sinápticos de NMDA
sólo estimulaba el ciclo de la CREB que activa el BDNF (factor neurotrófico derivado
del cerebro), sin activar la apoptosis.
Aspartamo |
Aspartamo:
La cuestión excitotóxica más conocida (por el público
general) es el actual debate en torno al aspartamo,
también conocido como Nutrasweet. Aproximadamente un 40% del aspartamo (por
masa) se descompone en ácido aspártico, una excitotoxina. Debido a que el
aspartamo se metaboliza y se absorbe muy rápido (no como en los alimentos con
proteínas que contienen ácido aspártico), podría incrementar ligeramente los
niveles de aspartato en el plasma sanguíneo. Sin embargo, numerosas
investigaciones sobre el ácido aspártico, otro amino ácido excitatorio, han
demostrado que el cerebro no tiene acceso directo al ácido aspártico de la
dieta. Por lo tanto, consumido en cantidades normales con la comida no
supone un riesgo para el funcionamiento normal del cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario