sábado, 27 de junio de 2015

Manuela Sáenz Aizpuru. La Libertadora del Libertador

Manuela Sáenz
Manuela Sáenz Aizpuru, nació el 27 de diciembre de 1797 en Virreinato de Nueva Granada, Quito. Su padre la llevó a la casa que compartía con su esposa, Juana del Campo y Larraondo, una ilustre dama nacida en Popayán, quien trató a la niña con cariño y le enseñó buenas costumbres, fomentó su interés por la lectura y la  trató como si fuera su hija. Tuvo un profundo lazo de amor con su hermano de padre, José María Sáenz. En sus primeros años de vida, cuando salió del internado para pasar unos días en Cataguango, conoció a Natán y Jonatás, dos niñas negras, con las que inició una amistad que duraría toda la vida.
Después de haber completado su formación con las monjas conceptas, pasó al monasterio de Santa Catalina de Siena (Quito), de la Orden de Santo Domingo, para completar la educación que en esos días se impartía a las señoritas de las más importantes familias de la ciudad. En este lugar, aprendió a bordar, a elaborar dulces y a comunicarse en inglés y francés, habilidades y labores con las que se mantendría en sus años de exilio en Paita (Perú).
A los 17 años, huyó del convento, al parecer fue seducida y luego abandonada por Fausto D'Elhuyar, oficial del Ejército Real, sobrino de José Elhúyar e hijo de Fausto Elhúyar.
James Thorme
En diciembre de 1816, Manuela, que entonces contaba 19 años, conoció en Quito a James Thorme, un acaudalado médico inglés, veintiséis años mayor que ella. Su padre, como era la costumbre en aquella época y por razones de conveniencia, pactó su boda para julio de 1817. La boda se celebró en Lima, entonces capital del Virreinato del Perú. Manuela fue aceptada en el ambiente aristocrático de la ciudad virreinal al desconocer las condiciones ilegítimas de su nacimiento.
Rosa Campuzano
En Lima, Perú, conoció a Rosa Campuzano, con quien hizo una gran amistad y se involucró de lleno en actividades políticas, en una atmósfera de descontento con las autoridades españolas. Las mujeres tenían una gran influencia en los círculos virreinales para conseguir empleos a sus padres, esposo e hijos, por lo que estaban informadas de todos los acontecimientos  en el virreinato y tuvieron una decidida participación en los movimientos revolucionarios, apoyando la causa de Simón Bolívar por liberar la Nueva Granada y la de José de San Martín por independizar el Perú. En este ambiente, Manuela contribuyó en el cambio del Batallón Numancia, del cual formaba parte su hermano José María.
Por sus actividades pro independentistas, San Martín, después de haber tomado Lima con sus milicianos y proclamado su independencia el 28 de julio de 1821, concedió a Manuela el título de "Caballeresa de la Orden El Sol del Perú".
José María Sáenz
En 1821, al morir su tía materna, Manuela regresó a Ecuador para reclamar su parte de la herencia de su abuelo materno. Viajó con su hermano José María Sáenz que era oficial del batallón Numancia, integrado al ejército liberador con el nombre de Voltígeros de la Guardia y bajo las órdenes del general Antonio José de Sucre.
Manuela Sáenz y Simón Bolívar
El 16 de junio de 1822, Simón Bolívar "El Libertador", junto a Antonio José Sucre, entraron en Quito, Ecuador, en medio de cohetes, fuegos artificiales y repiques de campanas para celebrar la reciente liberación de la ciudad del dominio español. 
El pueblo aclamaba a sus libertadores en una gran fiesta. Desde los balcones les lanzaban flores las mujeres del pueblo. Entre ellas se encontraba Manuelita Sáenz con 24 años de edad que se enamoraría de Bolívar ese mismo día en el baile del municipio. Manuela sería el gran amor de su vida y su más fiel defensora hasta 1830, año en el que moriría Simón Bolívar.
Su marido le pidió que volviera a su lado en varias ocasiones pero Manuela fue contundente: seguiría con Bolívar y daba por finalizado su matrimonio con el inglés. Este comportamiento indecente para una mujer de la época, marcó un antecedente de autodeterminismo en la mujer en una época donde las mujeres eran reprimidas por una sociedad que las anulaba completamente.
Simón Bolívar
El 25 de septiembre de 1828, en su estancia en Santa Fé de Bogotá, Bolívar fue objeto de un intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervención de Manuela. Un grupo de partidarios de Francisco de Paula Santander, intentó asesinar al Libertador en el Palacio de San Carlos, frente al Teatro Colón, Manuela se dio cuenta del atentado y espada en mano, se enfrentó a los rebeldes, con el fin de que Bolívar tuviera tiempo de escapar por la ventana. En conmemoración de estos hechos, en esta casa se colocó una placa con las siguientes palabras: "Detente, espectador, un momento y mira el lugar por donde se salvó el Padre y Libertador de la Patria, Simón Bolívar, en la nefanda noche septembrina, 1828". Por estas acciones, Bolívar la llamó la Libertadora del Libertador.
El 8 de mayo de 1830, Bolívar abandonó la capital después de que fuera aceptada su dimisión a la presidencia y en diciembre de ese mismo año falleció en la ciudad de Santa Marta a causa de una tuberculosis, sumiendo a Manuela en la desesperación.
Francisco de Paula Santander
En 1834, el gobierno de Francisco de Paula Santander, destierra a Manuela de Colombia y ella tiene que partir hacia el exilio en la isla de Jamaica.
Vicente Rocafuerte
En 1835, regresó a Ecuador, pero no logró llegar a Quito; cuando se encontraba en Guaranda, su pasaporte fue revocado por el presidente Vicente Rocafuerte, por lo que dicidió instalarse en el puerto de Patia, al norte de Perú. Allí fue visitada por ilustres personajes, como el patriota italiano Giuseppe Garibaldi, el escritor peruano Ricardo Palma o el venezolano Simón Rodríguez.
Durante los siguientes 25 años, se dedicó a la venta de tabaco, además de traducir y escribir cartas a los Estados Unidos de parte de los balleneros que pasaban por la zona, de hacer bordados y dulces de encargo.
En 1847, muere su esposo asesinado, siendo incapaz de cobrar ni siquiera los 8.000 pesos de la dote entregada por su padre en el momento de su matrimonio.
El 23 de noviembre de 1856, a los 59 años de edad, muere durante una epidemia de difteria que azotó la región. Su cuerpo fue sepultado en una fosa común del cementerio local y todas sus posesiones fueron incineradas para evitar el contagio, incluidas una parte importante de las cartas de amor de Bolívar y documentos de la Gran Colombia, que aún mantenía bajo su custodia. Manuela entregó a O'Leary gran parte de documentos para elaborar la voluminosa biografía sobre Bolívar.
Manuela Sáenz es sin duda uno de los personajes más interesantes de las guerras de independencia de América del Sur, así como una de las más grandes defensoras de los derechos de la mujer. En su tiempo fue duramente criticada por algunos contemporáneos debido a su actitud extrovertida y provocadora para la época y a la influencia política que llegó a ejercer, llegando a ser incluso desterrada.
Aún muchas décadas después de su muerte, influyentes intelectuales e historiadores, omitieron su vida en sus obras sobre la historia de la campaña libertadora y otros la limitaron a una función decorativa romántica y aun denigrante, creando una leyenda sexual alrededor de su figura.
Solo en la mitad del siglo XX, gracias al revisionismo histórico, aparecen biografías y ensayos en los que se empieza a reivindicar su papel como líder en la gesta libertadora de lo que hoy son Colombia, Ecuador y Perú. Estos últimos años ha sido convertida en un icono del feminismo latinoamericano e igual que sigue teniendo detractores, su vida también es exaltada por escritores e historiadores respetables como Alfonso Rumazo, Germán Arciniegas o Pablo Neruda.
En el barrio San Marcos, sector del Centro Histórico de Quito, Perú, existe un museo dedicado a su memoria, creado en 1994. En la capital ecuatoriana, también hay un pequeño busto en el parque de La Alameda y una calle con su nombre. 
Rafael Correa
Manuela había combatido en la Batalla de Pichincha, a su regreso a Perú, recibió el grado de teniente de húsares del Ejercito Libertador. Posteriormente combatió en la de Ayacucho bajo las órdenes del mariscal Antonio José de Sucre, quien le sugirió a Bolívar su ascenso a coronela, rango que le fue concedido. El 22 de mayo de 2007, en la conmemoración de la Batalla de Pichincha, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, le concedió a Manuela el grado de generala de honor de la República de Ecuador.  En 2010, durante la ceremonia por los 188 años de la Batalla de Pichincha, fue develado un busto de Manuela en el Salón de Armas del Templo de la Patria.
En Bogotá, existe el museo "La Casa de Manuelita Sáenz", ubicado en la casa donde Manuela habitó de 1828 a 1830, hasta después de la muerte de Bolívar, cuando es obligada a abandonarla. Situado en la Plazuela Rufino José Cuervo, en la Candelaria, barrio histórico de Bogotá, este museo, integrado con el Museo de Trajes Regionales, dedica un espacio al estilo y vestuario de Manuela.
En el sur de Bogotá, en la ciudad de Cali y en el municipio de Dosquebradas, existen colegios o centros educativos que llevan el nombre de Manuelita Sáenz.
En el 2010 la alcaldía mayor de Bogotá, en la celebración del bicentenario de la independencia de Colombia, programó un homenaje a Manuela, con actos que incluyeron: el 8 de julio, la lectura de sus cartas a cargo de actrices colombianas frente al Palacio de San Carlos y el 9 de julio, un acto de despedida en la Quinta de Bolívar de la caravana proveniente de Ecuador que llevaba restos simbólicos de Manuela a Venezuela.
El 5 de julio de 2010, en la conmemoración del 199 aniversario de la firma del Acta de Independencia de Venezuela, llegó al Panteón Nacional un cofre que contenía tierra de la localidad peruana de Patia, donde fue enterrada Manuela Sáenz. Estos simbólicos restos fueron trasladados por tierra, atravesando Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela hasta llegar a Caracas, donde reposan en un sarcófago diseñado para para tal fin junto al Altar Principal, en el que yacen los restos de Simón Bolívar. Además se le concedió póstumamente el ascenso a generala de división del Ejército Nacional Bolivariano por su participación en la guerra independentista, en un acto que contó con la presencia de los presidentes de Ecuador y Venezuela.
En 2013, el gobierno de Venezuela, inauguró un monumento a Manuela, denominado Rosa Roja de Patia. Una escultura de 14 metros ubicada justo al lado del Mausoleo de Simón Bolívar en Caracas.

martes, 9 de junio de 2015

GABRIELA MISTRAL. Una vida dedicada a la educación y a la poesía

Gabriela Mistral
Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, nació el 7 de abril de 1889 en Vicuña, provincia de Elqui, región de Coquimbo, Chile. Hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor, y de Petronila Alcayaga Rojas, de ascendencia vasca.
A los diez días de nacer, sus padres se la llevaron a La Unión (Pisco Elqui), pero su "amado pueblo, como ella misma decía, era Montegrande, donde vivió de los tres a los nueve años y donde pidió que algún día le dieran sepultura.
Sus abuelos paternos, Gregorio Godoy e Isabel Villanueva, eran oriundos de la actual región de Antofagasta y los maternos, Francisco Alcayaga Barraza y Lucía Rojas Miranda, eran descendientes de familias propietarias de tierras del valle de Elqui.
Su padre abandonó el hogar cuando Gabriela contaba aproximadamente tres años. Ella siempre lo defendió y lo quiso y cuenta que al leer unos versos de su padre, que encontró revolviendo papeles, despertaron en ella la pasión poética.
En 1904, a los 15 años, se enamoró platónicamente de Alfredo Videla Pineda, un hombre rico y bien parecido, más de 20 años mayor que ella, con el que se carteó durante casi año y medio. Este mismo año, comenzó a trabajar como profesora ayudante en la Escuela de la Compañia Baja (en La Serena) y empezó a mandar colaboraciones al diario serenense "El Coquimbo". Al año siguiente continuó escribiendo en él y en "La Voz de Elqui", de Vicuña.
Desde 1908 fue maestra en la localidad de La Cantera y después en Los Cerrillos, camino a Ovalle. En 1910, convalidó sus conocimientos ante la Escuela Normal Nº 1 de Santiago y obtuvo el título oficial de "profesora de Estado", con lo que pudo ejercer la docencia en el nivel secundario. Este hecho le costó la rivalidad de sus colegas, puesto que este título lo recibió mediante convalidación de sus conocimientos y experiencia, sin haber asistido al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Su valía profesional quedó demostrada al ser contratada por el Gobierno de México para asentar las bases de su nuevo sistema educacional, modelo que actualmente se mantiene vigente, salvo algunas reformas para actualizarlo.
Frédéric Mistral
Gabriele D'Annunzio
El 12 de diciembre de 1914, obtuvo el primer premio en el concurso de literatura de los "Juegos Florales", organizados por la FECh en Santiago, por sus "Sonetos de la muerte". Desde entonces utilizó el seudónimo literario "Gabriela Mistral" en casi todos sus escritos, en homenaje a dos de sus poetas favoritos: el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral.

Selva Lírica
El 6 de septiembre de 1912, Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, por medio de una publicación en Pluma y Lápiz, invitaron a los creadores de todo el país a participar en una antología de la poesía chilena, por la celebración del centenario, pretendiendo llegar a la esencia de la poesía chilena. Se instalaron en la oficina de Molina, ubicada en la calle Morendé 458 de la ciudad de Santiago. Comenzó la discusión, el análisis y la redacción de "Selva Lírica", que apareció publicada en 1917 en una edición realizada por la Sociedad Imprenta y Litografía Universo.
"Selva Lírica" no dejó indiferente a nadie que se considerara parte del mundo de las letras chilenas. Fue aplaudida y fuertemente criticada, principalmente por su organización cronológica. En la primera parte aparecen los que, según los autores, son los grandes poetas, entre los que se encuentran: Manuel Magallanes Moure, Francisco Contreras y Gabriela Mistral, que todavía firmaba como Lucila Godoy, siendo de las últimas publicaciones en que utiliza su verdadero nombre.
Desempeñó el cargo de inspectora en el Liceo de Señoritas de La Serena. Como destacada educadora, visitó México, Estados Unidos y Europa, estudiando las escuelas y los métodos educativos de estos países. Fue profesora invitada en las universidades de Barnad, Middlebury y Puerto Rico.
Pablo Neruda
En Punta Arenas, dirigió su primer liceo, pero Gabriela no soportaba bien el clima polar y pidió un traslado. En 1920, se mudó a Temuco, desde donde partió a Santiago al año siguiente. Durante su estancia en la Araucanía, conoció a un joven llamado Neflatí Reyes, quien posteriormente sería conocido mundialmente como Pablo Neruda.
Gabriela aspiraba a un nuevo desafío después de haber dirigido dos liceos de pésima calidad. Opositó y ganó el prestigioso puesto de directora del Liceo Nº 6 de Santiago, pero los profesores no la recibieron bien, reprochándole su falta de estudios profesionales.
En 1922, en Nueva York, aparece "Desolación", considerada su primera obra maestra. Fue publicada por el Instituto de Las Españas, a iniciativa de su director Federico de Onís. La mayoría de los poemas que forman este libro, los había escrito diez años atrás, mientras residía en la localidad de Coquimbito. El 23 de junio de ese año, Gabriela, en compañía de Laura Rodig, zarpó hacia México en el vapor Orcoma, invitada por el entonces ministro de educación José Vasconcelos. Allí permaneció casi dos años, trabajando con los intelectuales más destacados del mundo hispanohablantes en aquel entonces.
En 1923, en Mexico, se publicó su libro "Lecturas para mujeres", en Chile, apareció la segunda edición de "Desolación", con una tirada de 20.000 ejemplares y en España apareció la antología "Las mejores poesías" con prólogo de Manuel de Montoliú.
En 1924, publicó en Madrid, "Ternura", libro en el que practicó una novedosa poesía escolar, renovando los géneros tradicionales de la poesía infantil.
Gabriela Mistral y Yin Yin
El 1 de abril de 1925 nació en Barcelona su sobrino Juan Miguel, al que llamó cariñosamente "Yin Yin". Era hijo de la española Marta Mendoza y de Carlos Miguel Godoy Vallejos, medio hermano de la poetisa. Tras la repentina muerte de su madre, a inicios de 1926, su hermanastro se lo entregó, comprometiéndose a no reclamarlo jamás. Desde ese momento Yin Yin acompañó a Gabriela en todos sus viajes. Yin Yin creció junto a la poetisa, considerándola como su madre.
Tras una gira por Estados Unidos y Europa, volvió a Chile, donde la situación política era tan tensa que se vio obligada a partir de nuevo, instalándose en Europa como secretaria de una de las secciones de la Liga de Naciones en 1926. Ese mismo año, ocupó la secretaría del Instituto de Cooperación Internacional, de la Sociedad de las Naciones en Ginebra.
En 1929, murió su madre, Petronila Alcayaga, por lo que le dedicó la primera parte de su libro "Tala".
Augusto Sandino
Sin un puesto fijo donde utilizar su talento, decidió vivir entre América y Europa. Viajó a la isla de Puerto Rico en 1931, como parte de un tour del Caribe y de América del Sur. Es en esta gira donde es nombrada "Benemérita del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional", en Nicaragua, por el general Augusto Sandino, a quien había dado su apoyo en numerosos escritos. Dio discursos en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, en Santo Domingo, en Cuba y en todos los países de América Central.
A partir de 1933, trabajó durante veinte años, como cónsul de su país en ciudades de Europa y América. Su poesía fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco y fue muy influyente en la obra creativa de muchos escritores latinoamericanos posteriores, como Pablo Neruda y Octavio Paz.
El 14 de agosto de 1943, a los 17 años de edad, murió su querido YinYin, dejando solo una tímida nota: "Querida mamá, creo que mejor hago en abandonar las cosas como están. No he sabido vencer. Espero que en otro mundo exista más felicidad". Gabriela escribió: "Nadie podrá entender mi espanto de hallarme a mi Yin Yin agonizando de arsénico. Nada, nada me había preparado para este golpazo. Y nada hubiera podido prepararme". Gabriela nunca creyó en el suicidio de Juan Miguel. Siempre afirmó: "Me mataron a mi hijo", aunque el informe médico señalaba lo contrario.
Gabriela Mistral
recibiendo el Premio Nóvel de Literatura
de manos del rey Gustavo de Suecia
En 1945, en Petrópolis, la ciudad brasileña donde desempeñaba la labor de cónsul desde 1941, recibió la noticia de que había ganado el Nobel de Literatura. El motivo para otorgarle el premio fue "su obra lírica", inspirada en poderosas emociones, que ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano.
A finales de 1945, regresó a Estados Unidos por cuarta vez, como cónsul en Los Ángeles y con el dinero ganado con el premio, se compró una casa en Santa Bárbara. Fue allí donde al año siguiente escribió gran parte de "Lagar I", en muchos de cuyos poemas se observa la huella de la Segunda Guerra Mundial y que sería publicado en Chile en 1954.
En 1946, conoció a Doris Dana, una escritora y bachiller estadounidense con quien estableció una controvertida relación y de quien no se separaría hasta su muerte.
En 1953 fue nombrada cónsul en Nueva York, cargó que consiguió para estar junto a Doris Dana. La correspondencia entre Doris Dana y Gabriela Mistral, revela aparentemente el establecimiento de una sólida relación, interpretada por muchos, como homosexual entre ambas, cosa que Dana negó hasta el final de sus días.
Gabriela Mistral y Doris Dana
En 1954, Gabriela fue recibida con honores tras la invitación del gobierno de Chile, encabezado por Carlos Ibáñez del Campo. Acudió acompañada por Doris Dana, a quien la prensa nacional identificaba como "la secretaria de Mistral". En Santiago se había declarado día festivo, la esperaban las autoridades de la capital, mientras su auto descubierto era escoltado por patrullas de carabineros, seguidas de huasos a caballo y escolares destacados de diferentes colegios portando banderas. Pasó por un arco de triunfo hecho con flores frescas en la Alameda con España y a su paso la gente le lanzaba flores. Por la tarde, fue recibida en La Moneda por el presidente Carlos Ibáñez del Campo y al día siguiente, se la honró con el título honoris causa por la Universidad de Chile.
Doris Atkinson
Regresó a Nueva York, pero esta ciudad le resultaba demasiado fría y como había vendido su propiedad en California, le propuso a Doris comprar una casa a nombre de las dos en algún lugar más cálido, pero al final terminó acomodándose en Long Island, en la mansión de la familia de Doris Dana. En esta época, Doris comenzó un minucioso registro de cada conversación que tenía con Gabriela. Acumuló un total de 250 cartas y miles de ensayos literarios, que hoy constituyen el más importante legado mistraliano y que fue donado por su sobrina Doris Atkinson, después de la muerte de su tía, acaecida en noviembre de 2006.
El 10 de enero de 1957, a la edad de 67 años, Gabriela murió a causa de un cáncer de páncreas, en el hospital de Hempstead, en la ciudad de Nueva York, estando Doris presente.
Doris Dana permaneció como albacea de la obra de Gabriela y evitó enviarla a Chile hasta que no reconociera a la poeta como correspondía  a su estatura mundial. Incluso declinó una invitación de parte del gobierno del presidente Ricardo Lagos Escobar.
Montegrande
En su testamento, Gabriela estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur, debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, donde pasó sus mejores años de infancia y el de la venta en otras partes del mundo, a Doris Dana y Palma Guillén, quien renunció a esa herencia en beneficio de los niños pobres de Chile. Esta petición de la poeta no se había podido realizar debido al decreto 2160, que derivaba los fondos a editoriales e intelectuales. Este decreto fue derogado y actualmente los ingresos producto de su obra, llegan a los niños de Montegrande en el valle del Elqui.
La sobrina de Doris Dana, Doris Atkinson, donó finalmente al Gobierno chileno el legado literario de Gabriela: más de 40.000 documentos, custodiados actualmente en los archivos de la Biblioteca Nacional de Chile, incluidas las 250 cartas escogidas por Zegers para su publicación.
Tumba de Gabriela Mistral
El 19 de enero de 1957, llegaron sus restos a Chile, fueron velados en la casa central de la Universidad de Chile, para después ser enterrados en Montegrande, como era su deseo. El 7 de abril de 1991, en su honor, el cerro Fraile pasó a llamarse Gabriela Mistral.
En 1979, la Organización de los Estados Unidos Americanos, instituyó el Premio Interamericano de Cultura "Gabriela Mistral", con el propósito de reconocer y premiar a quienes han contribuido a la identificación y enriquecimiento de la cultura propia de América y de sus regiones o individualidades culturales. Fue otorgado por primera vez en 1984. Además hay una serie de otros premios y concursos que también llevan su nombre.
En 1981, en Chile, fue fundada una universidad privada que lleva su nombre: la Universidad Gabriela Mistral. En 1997, el gobierno de Chile instituyó en su honor la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral.
El 15 de noviembre de 2005, recibió un homenaje en el Metro de Santiago en conmemoración de los sesenta años de su recepción del premio Nobel. Se le dedicó un tren boa, tapizado con fotografías de la poeta.
Prácticamente todas las ciudades importantes de Chile poseen una calle, plaza o avenida bautizada en honor a ella con su nombre literario.
En diciembre de 2007, llegó a Chile gran parte del material retenido en Estados Unidos por su primera albacea, Doris Dana. Lo recibió la ministra chilena de cultura Paulina Urrutia, junto a Doris Atkinson, la nueva albacea. El trabajo de recopilación, transcripción y clasificación ha sido hecho por el humanista chileno Luis Vargas Saavedra que, al mismo tiempo, ha preparado una edición del trabajo llamada "Almácigo".
Centro Cultural Gabriela Mistral
El 19 de octubre de 2009, se renombró el edificio Diego Portales como Centro Cultural Gabriela Mistral. La presidenta de la República Michelle Bachelet, promulgó la ley 20386, publicada el 27 de octubre de 2009, que cambió la denominación del edificio a Centro Cultural Gabriela Mistral, con la finalidad de perpetuar su memoria y honrar su nombre y su contribución a la conformación del patrimonio cultural de Chile y de las letras hispanoamericanas.