domingo, 13 de abril de 2014

MARÍA ISIDRA DE GUZMÁN Y DE LA CERDA, la primera mujer doctorada en España

María Isidra de Guzmán
María Isidra de Guzmán y de la Cerda nació en Madrid el 31 de octubre de 1768 y bautizada al día siguiente en la iglesia de San Ginés. Hija de dos grandes de España, Don Diego Ventura de Guzmán y Fernández de Córdoba, marqués de Aguilar de Campo, conde de Oñate y marqués de Montealegre y Doña María Isidra de la Cerda, duquesa de Nájera, condesa de Paredes de Nava.
Su educación corrió a cargo de Don Antonio Almanza. Participaba activamente en los salones literarios de Madrid. Pero como quería tener un título universitario y las mujeres tenían prohibida su entrada en las universidades, su padre escribe a Florindablanca solicitando el permiso del rey Carlos III para que examinaran a su hija en la Universidad Complutense de Alcalá de Henares, del título de doctorado en Filosofía y Letras Humanas.
El 2 de noviembre de 1784 ingresó en la Real Academia Española, como miembro numerario. El conde de Floridablanca, ministro principal de Carlos III, quiso tener un rasgo de modernismo y renovación concediendo a María Isidra esta distinción, lo que desató algún que otro resentimiento y numerosas protestas.
María Isidra destacaba por sus ganas de aprender, su portentosa memoria y su agudo juicio, cualidades que al llegar a conocimiento del rey, le valieron para ser convertida por éste en prototipo y modelo de imitación para las demás mujeres, acudiendo en persona a presidir el ingreso de la nueva académica.
Al año siguiente, el 7 de mayo de 1785, una vez superados con éxito los exámenes pertinentes, María Isidra recibiría el grado maestro y de doctor en Filosofía y Letras Humanas en la Universidad de Alcalá.
Disertó sobre un punto de Menandro (comedriógrafo griego), glosando su frase: "No hay patrimonio más precioso que la sabiduría" y la defensa de su tesis fue muy aplaudida, aunque hubo tres doctores en Teología que manifestaron su protesta por escrito.
El 29 de julio de 1785 ingresó en la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País y el 21 de enero de 1786 en la Real Sociedad Económica Matritense, en la que pronunció su discurso de entrada el 25 de febrero.
Con su entrada en la Matritense provocó la entrada en ella de muchas damas, por lo que se creó la Junta de Damas.
Contrajo matrimonio el día 9 de septiembre de 1789 con don Rafael Alfonso de Soussa, marqués de Guadalcázar y de Hinojares. Vivió en el palacio de su marido y tuvo cuatro hijos: dos hijas, Magdalena y Luisa Rafaela y dos hijos, Rafael María  e Isidro.
Murió el 5 de marzo de 1803 y fue enterrada en la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas, Córdoba, donde se conserva la lápida con su escudo.
María Isidra es un caso único, no sólo por lo insólito de su doctorado en pleno siglo XVIII, sino también porque se trata de una mente superdotada, aunque oscurecida por las trabas y prejuicios sociales de la época en que nació, así como por la poca justicia que después le han hecho la investigación y la historia, al igual que ha sucedido con tantas mujeres inteligentes, cultas y comprometidas.

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