MARÍA ZAMBRANO, filósofa y ensayista

María Zambrano

María Zambrano nace en Vélez (Málaga) el 22 de abril de 1904. Es hija de Blas Zambrano y Araceli Alarcón Delgado, ambos maestros.

En 1908 su familia se traslada a Madrid y en 1909 a Segovia, donde su padre consigue la cátedra de Gramática Castellana en la Escuela Normal de Maestros de la Ciudad. En esta ciudad pasa María su adolescencia, estudiando en el Instituto de Segovia. Aquí en Segovia vive su primera experiencia amorosa con su primo carnal Miguel Pizarro entre 1917 y 1921 pero su familia interviene y envían a Miguel a Japón. Tras esta amarga relación y superar la desolación que su marcha le produjo, vive una nueva experiencia amorosa con Gregorio del Campo. 

José Ortega y Gasset

En 1924 su familia se traslada a Madrid y María estudia en la Facultad de Filosofía y Letras hasta 1927. Asiste a las clases de José Ortega y Gasset y de Xavier Zubiri en la Universidad Central de Madrid.

Xavier Zubiri

En 1931 ya es profesora auxiliar de Zubiri en la cátedra de Metafísica en la Universidad Central, haciendo las sustituciones de Zubiri cuando éste está de viaje. En esta época trabaja en su tesis doctoral, "La salvación del individuo en Spinoza". También es profesora del Instituto Carvantes, en el que Machado ocupaba la cátedra de Francés.

En 1933 publicó su primer ensayo, "Por qué se escribe", en la Revista de Occidente y más tarde colaboraría en otras revistas como Los Cuatro Vientos y Cruz y Raya.

Durante la Segunda República, participa activamente en las Misiones Pedagógicas y otras iniciativas culturales. En estas actividades toma contacto con intelectuales como Luis Cernuda, Rafael Dieste, Ramón Gaya, Arturo Serrano Plaja o Miguel Hernández.

Alfonso Rodríguez, María Zambrano
y Luis Cernuda

El 14 de septiembre de 1936 contrae matrimonio con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave, compañero en la Misiones Pedagógicas. Poco tiempo después se trasladan a Chile, donde Alfonso había sido nombrado secretario de la República en la Embajada de España. Hacen una escala en La Habana, donde pronuncia una conferencia sobre Ortega y Gasset.
En plena guerra civil española regresan a España. Su marido se incorpora al ejército y ella colabora en la defensa de la República. Fue nombrada Consejera de Propaganda y Consejera Nacional de la Infancia Evacuada. Hasta su salida de España camino del exilio, María residió en Valencia y Barcelona, siguiendo al errabundo gobierno republicano.
El 28 de enero de 1939, cruzó la frontera francesa en compañía de su madre, su hermana Araceli y el marido de ésta. Tras unas breves estancias en París y Nueva York, se desplaza a La Habana, invitada como profesora de la Universidad y del Instituto de altos Estudios e Investigaciones Científicas. De La Habana va a México donde es nombrada profesora en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de Morelia, Michoacán. En 1943 y 1944 estuvo impartiendo cursos en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de San Juan de Puerto Rico y en la Asociación de Mujeres Graduadas y participa en la Asamblea de Profesores de la Universidad en el exilio reunida en La Habana.

María Zambrano en Roma

En septiembre de 1946 va a París con motivo del fallecimiento de su madre y permanece en esta ciudad hasta el 1 de enero de 1949. Regresa de nuevo a La Habana, donde imparte conferencias, cursos y clases particulares hasta 1953. Vuelve a Europa y se instala en Roma hasta 1964, relacionándose con intelectuales italianos como Elena Croce, Elémire Zolla y Victoria Guerrini y recupera su relación con españoles como Ramón Gaya, Diego de Mesa, Carmelo Pastor, Enrique Rivas, Rafael Alberti y Jorge Guillén. En 1964 se instala en la vieja casa de "La pièce", en el Jura francés.
Todo el año 1973 lo pasa en Roma y desde 1974 a 1978 regresa a "La Pièce" donde escribe Claros del bosque. Su salud física empieza a deteriorarse y se traslada a Ferney-Voltaire, donde permanece dos años hasta que en 1980 se muda a Ginebra. Este año a propuesta de la colonia asturiana en Ginebra, es nombrada Hija Adoptiva del Principado de Asturias, el primero de una merecida lista de reconocimientos.
En 1981 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. A su vez el ayuntamiento de Vélez-Málaga, su ciudad natal, la nombra Hija Predilecta. El 19 de diciembre de 1982, la Junta de Gobierno de la Universidad de Málaga acordó su nombramiento como Doctora honoris causa.

María Zambrano

El 20 de noviembre de 1984 regresa por fin a España, para vivir en Madrid, saliendo de la ciudad en muy pocas ocasiones. Fue una etapa de una incansable actividad intelectual.
En 1985 es nombrada Hija Predilecta de Andalucía. En 1987 se constituye en Vélez-Málaga la Fundación que lleva su nombre y en 1988 se le concede el Premio Cervantes.
Murió en Madrid el 6 de febrero de 1991 y fue enterrada en su ciudad natal. A título póstumo se le nombró Hija Predilecta de la Provincia de Málaga en 2002. El 27 de noviembre de 2006 el Ministerio de Fomento, bautizó con su nombre la estación central de ferrocarril de Málaga. En 2008 se botó el buque remolcador de Salvamiento Marítimo María Zambrano.

Personas que influyen en la obra de María Zambrano:
En su juventud hay que considerar la decisiva influencia de su padre, Blas Zambrano, muy amigo de Antonio Machado pero el comienzo de su formación filosófica está en Ortega y Gasset (quien le aconseja el estudio de Plotino y de Spinoza) y Zubini. Más tarde la influencia de Leibniz es decisiva.
Es sensible al influjo de Bergson, como ella misma reconoce, sus teorías sobre el tiempo, le despertaron la conciencia.
Simmel y Max Scheler, tuvieron una influencia filosófica muy importante, sobre todo en sus inicios, pero su crítica a la burguesía y a sus modos culturales entre los años 1936 y 1939, se corresponden con una concepción sociopolítica claramente espiritualista y personalista.
Unamuno y Machado fueron dos decisivas influencias en el pensamiento de María zambrano.
Una línea de pensamiento religioso lo descubre María en la obra del islamólogo Louis Massignon (a quien ella misma llama su último maestro).
Después surge un acercamiento al sufismo propio de San Juan de la Cruz y por otro lado a cierto pensamiento tradicional; así se atreve a citar en algunas de sus últimas obras y artículos a un autor tan singular como René Guénon, quien influye sobre ella por su extraordinario conocimiento del simbolismo. En Roma uno de sus mejores amigos es Elémire Zolla, representante eminente y original de esta forma de pensamiento.
Con el cubano Lezama Lima, le une una amistad y en este caso su influencia es mutua.

Característica de la obra de María Zambrano:
La filosofía de María se caracteriza acertadamente con la expresión razón poética. Ella misma escribe una carta a Rafael Dieste el 7 de noviembre de 1944 sobre el origen de la misma: Hace ya años, en la guerra, sentí que no eran "nuevos principios" ni "una reforma de la razón" como Ortega había postulado en sus últimos cursos, lo que ha de salvarnos, sino algo que sea razón, pero más ancho, algo que se deslice también por los interiores, como una gota de aceite que apacigua y suaviza, una gota de felicidad. Razón poética... es lo que vengo buscando. Y ella no es como la otra, tiene, ha de tener muchas formas, será la misma en géneros diferentes.