sábado, 21 de abril de 2012

EL TRABAJO Y LA MUJER

Fila del Inem
Esta crisis, afecta de distinta manera a hombres y mujeres. Las dificultades de compatibilizar el trabajo y vida familiar recae en mayor medida sobre la mujer. Los empresarios con la nueva reforma laboral, especialmente con la flexibilidad de jornada, pueden conseguir que la mujer no pueda seguir con su actividad y se quede en el hogar o que al no poder cumplir la jornada sea despedida.
Otro factor a tener en cuenta es el recorte en el gasto público que hasta ahora era en el que más plazas de mujeres había. Esto va a provocar una disminución de servicios sociales a la vez que una disminución de la mano de obra femenina.
Antes de la crisis, la tasa de desempleo masculino era de 6,1% y la femenina 10,5%, ahora tras cuatro años la tasa masculina es del 22,4% y la femenina 23,3%. El desempleo masculino se ha igualado al femenino debido sobre todo a la caída en la construcción, pero a la mujer le cuesta más encontrar trabajo y lo pierde con mayor facilidad.
Una vez en el paro la mujer afronta mejor éste hecho, intentando si es necesario formarse y cambiar de actividad, mientras que el hombre siente más la presión y se sienten fracasados, llegando en algunos casos a caer en la depresión.

En épocas de crisis las mujeres buscan aumentar la renta familiar y en muchos casos son las que con sus ingresos mantienen la familia. Esta crisis que ha dejado sin trabajo a muchos maridos ha obligado a que la mujer salga a trabajar en lo que sea para poder llevar a casa un dinero imprescindible para poder subsistir.
La desigualdad de salario entre hombres y mujeres en trabajos a tiempo parcial es importante, donde el sueldo por hora femenino supone el 76% del masculino.
Otra amenaza contra la mujer es el que las empresas pequeñas no tengan que acogerse obligatoriamente a los convenios ya que puede afectar a los planes de medidas de igualdad para equiparar la situación de trabajadores y trabajadoras. El Ministerio de Trabajo admite que la reforma limita el margen para la jornada reducida por guarda de un menor, que toman las madres casi en exclusiva.
El empleo a tiempo parcial es sobre todo femenino lo que supone menores ingresos y menor jubilación a la vez que es la mujer la que normalmente lleva la carga del hogar y el cuidado de los niños y personas mayores. El miedo a no poder conciliar el trabajo con la vida familiar hace que la mujer ocupe solo un 10% de los cargos de alta dirección ya que mientras la mujer dedica cuatro horas y media al cuidado de hogar, el hombre dedica dos y media.
El frenazo en la aplicación de la Ley de Dependencia va a ser muy perjudicial para la mujer porque era una cantera de trabajo femenino, entre 2009 y 2010 se crearon gracias a esta ley 165.000 trabajos directos, la inmensa mayoría fueron para mujeres.
Ante esta situación la mujer ha sabido ver la oportunidad de crear su propia empresa y si en 2008, eran responsables del 20% de las microempresas, desde esa fecha hasta el 2011 son del 31%. Esto les permite realizar un trabajo que no encuentran en otro lugar además de una flexibilidad horaria que les facilita el cuidado de su hogar. Pero hay que hacer constar que las mujeres encuentran más dificultades a la hora de encontrar financiación para llevar a cabo sus proyectos.
Esperemos que aunque el futuro es sombrío, la mujer no tire la toalla y se quede en el hogar como antaño sólo del cuidado de la familia ya que disponer de un salario le ha dado una cuota de libertad, no teniendo que depender de los padres o de la pareja. Somos capaces de formarnos, de trabajar, de cuidar de nuestra familia. Somos fuertes emocionalmente y cuando es necesario somos capaces de hacer todo lo que nos proponemos. Que esta crisis no nos deje fuera.

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